Boletín #20
HAGAMOS REALIDAD EL DERECHO HUMANO AL AGUA
Aún existen en el mundo cientos de miles de habitantes que carecen de acceso al agua. Millones de niños mueren anualmente por enfermedades relacionadas con la mala calidad del agua y millones también carecen de servicios de saneamiento a nivel mundial. Todo esto acontece a pesar de que los gobiernos a nivel mundial suscriben acuerdos y compromisos en foros internacionales. Frente a tal situación vemos avanzar los procesos de privatización de las fuentes de agua por parte de las grandes transnacionales tanto nacionales como extranjeras.
En nuestro país, vemos cómo se concentran los derechos de agua en manos de unas cuantas empresas como Bonafont de Danone, Ciel de CocaCola, e-pura de Pepsicola, empresas norteamericanas y francesas ante la complacencia de nuestro gobierno y sus dichosas reformas.
Lo anterior nos aleja del derecho humano al agua pues la política de las transnacionales se orienta en primer lugar a generar desconfianza hacia el agua del servicio público, en segundo lugar, inventando propiedades mágicas al agua embotellada, en tercer lugar, la omisión del gobierno por no informar sobre la calidad del agua y dar paso a la desconfianza y por último, por no cumplir con su obligación de brindar agua potable de calidad y por ello vulnerando nuestro derecho al agua.
Por otra parte, se ha detectado que la fabulosa pureza del agua embotellada se ha visto opacada por análisis de laboratorios en diversas partes del país, que muestran contaminación con bacterias y otros elementos. Por último, el gasto de las familias en agua de garrafón y embotellada contribuye a mermar los pocos ingresos de los grupos más pobres.
Pero quien más paga por el acceso al agua es quien carece de tal servicio, pues el gasto para la compra del agua de las pipas multiplica varias veces el costo del agua servida por el municipio. Así, o comes o tomas agua o de lo contrario acude a localizar fuentes de baja calidad.
Aquí en la Comarca Lagunera un grupo de unas diez familias lecheras se acaban el patrimonio de más de un millón de habitantes. ¿Lo vamos a seguir permitiendo?
¡VAMOS A ORGANIZARNOS PARA EVITAR QUE ACABEN CON NUESTRA AGUA!